Y ya para terminar con este “Código de vida” damos nuestra
última opinión o reflexión, referida en este caso a ese momento en que por fin
nos vamos a acostar. Antes de dormir podemos dedicar unos instantes a repasar
en una rápida sucesión de flashes todo lo que hemos hecho durante el día y –lo
que es más importante- extraer las lecciones útiles que hayamos aprendido. Así,
con un pensamiento positivo, cerrad los ojos y enviad esas vibraciones
positivas hacia el mundo en que vivimos. Vas a dormir y ¡quien sabe qué nuevas
pruebas va a poner Dios en tu camino en el siguiente día! Pero, no lo olvides,
el objetivo de nuestra vida no está al final de ningún sitio sino que es el
simple hecho de experimentar y conocer, de compartir con los demás, y de
perfeccionarnos a nosotros mismos minuto tras minuto. En cualquier momento se
parará tu reloj, y el camino que hayas recorrido hasta ese instante será el
equipaje (pesado o liviano) que llevarás contigo a la otra vida.
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