Respeta todas las creencias religiosas y filosóficas,
siempre que no atenten contra la dignidad humana. No apoyes ni mantengas el
fanatismo o el integrismo en cualquiera de sus formas. Pero... ¡cuidado!... a
la hora de vivir tus propias creencias no vayas a caer tú mismo en ese
fanatismo. El respeto a los demás no es compatible con los dogmas ni el
sectarismo.
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