Está claro que interesarse por muchas cosas y tomárselas en
serio con objeto de adquirir una cierta habilidad al menos en algunas de ellas,
es una garantía contra el aburrimiento, la soledad y la sensación de fracaso o
de vacío que pueda acontecer en nuestra vida. Y es que la vida está fluctuando
constantemente con altos y bajos; por eso, si sólo tenemos unos intereses
determinados, caeremos fácilmente en el desánimo cuando estos nos falten. Por
consiguiente conviene irlos renovando poco a poco, como en una carrera de
relevos, ir incorporando paulatinamente nuevos intereses a nuestra vida e ir
dejando de lado otros ya viejos. De esta forma mantendremos siempre vivo
nuestro interés y nuestra satisfacción en la vida.
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