jueves, 15 de mayo de 2014

Estirpe de Campeones.- Capítulo 2

Mis padres tienen unos nombres preciosos. ¡Qué pena que no haya vuelto a verlos! Mi padre es de Barcelona y se llama Peligro Encubierto de Cinoteca Nono, y no sé si tendrá o no mucho peligro como su nombre indica; el caso es que nunca ha tenido oportunidad de demostrar su “peligrosidad” ya que vive en un minúsculo pueblo de Barcelona, y no exagero al decir minúsculo, porque sólo tiene cinco habitantes. Ese pueblo se llama Pierola.

Mi madre, tierna como todas las madres, tiene un nombre precioso: Love me do. Sí, habéis acertado, como la canción de los Beatles que constituyó uno de sus primeros grandes éxitos. Compuesta por John Lennon y Paul McCartney entre 1958 y 1959, se editó como cara B de un sencillo y sin embargo se alzó con todo el protagonismo, alcanzando el cuarto puesto en las listas británicas y el primer puesto en Estados Unidos. Pero dejemos a los Beatles y volvamos a mi madre; ella es vasca, de la provincia de Álava y vive en Escóbados de Abajo, en donde yo nací, un pequeño pueblo de la provincia de Burgos, y digo pequeño porque sólo tiene 38 habitantes. Así no es de extrañar que viviendo en tamaña soledad en sus respectivos y diminutos pueblos, surgiera el amor a primera vista tan pronto se conocieron mi padre y mi madre.

Para desgracia nuestra, ni yo ni ninguno de nuestros hermanos llegamos a conocer a nuestro padre; todo lo que sabemos de él nos lo ha contado nuestra madre. Nos dijo que era muy guapo, un auténtico dandy del que se enamoró al instante. Sin embargo los separaron enseguida y a él se lo llevaron otra vez a aquél pequeño pueblo de Barcelona, Pierola, y nunca más supimos de él. Con nuestra madre tampoco estuvimos mucho tiempo, ya que cuando fuimos capaces de comer por nosotros mismos nos separaron de ella y nos enviaron a distintos lugares para que nos adoptaran.

No obstante, antes que nos separaran de nuestra madre, esta nos dijo que debíamos sentirnos muy orgullosos de nuestras raíces, aunque la verdad, nunca pude imaginar que nuestro árbol genealógico tuviera tanto lustre, porque tanto papá como mamá eran gente sencilla que sólo aspiraban a tener una gran familia y cuidar de ella, algo que no pudieron ver realizado. Pero, haciendo caso a sus palabras, investigué nuestro árbol genealógico y descubrí cuánta razón tenía mi madre: pertenezco a una estirpe de campeones.

En las imágenes podéis ver cómo es el lugar donde nací. Está al norte de Burgos, a unos 52 kilómetros. Se llega hasta allí por la carretera N-629, de Burgos a Villarcayo y en el km.37 se coge el cruce a la derecha hasta Escóbados de Abajo. Allí está la casa donde nací, en una vaguada llamada Castillviejo, al resguardo de unas lomas en medio de un precioso paraje adornado por encinas y pinos. (Continuará)

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