En el periódico de hoy se publica un artículo sobre el
descubrimiento de unas nuevas pirámides en Egipto. Estas presuntas pirámides
habían pasado desapercibidas hasta ahora al encontrarse completamente
sepultadas por la arena, pero –gracias a las fotografías de los satélites- ha
sido posible deducir su presencia (Ver foto 1 que se adjunta).
Están situadas a unos 12 kms. de la ciudad de Abu Sidhum y
una de las principales autoras del hallazgo, Angela Micol, ha declarado que
estas imágenes “hablan por sí mismas” y según esta experta “es obvio que ambos
lugares pudieron acoger en su día unas pirámides”.
Sin embargo a mí, lo que más me llama la atención, es cómo
unos razonamientos son aceptados fácilmente por la gente para unas cosas, y
esos mismos argumentos son puestos en duda para otras. Porque si miráis las fotos 2 y 3 que adjunto, veréis algo muy similar (estructuras piramidales y de
fortalezas) como en el caso anterior, pero con una pequeña diferencia: esta
última foto corresponde a la superficie de Marte.
Por consiguiente, si se aceptan los argumentos de estos
expertos para lo que han detectado ahora en Egipto, también habría que aceptar
lo que algunos estudiosos del tema como Graham Hancock (“El misterio de Marte”)
revelaron hace unos años sobre nuestro planeta vecino que, dicho sea de paso,
supuso un quebradero de cabeza para quienes dirigen la “versión oficial” de lo
que debemos creer o no.
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