Uno de los géneros
periodísticos más habitualmente presentes en todos los medios de comunicación
es el de los “Editoriales”, un pequeño artículo en donde el director del
periódico expone su opinión y la de su publicación sobre algún tema de interés
que se trate de manera destacada en esa edición. Debe tener, pues, mucho de
opinión, bastante de actualidad, y un poco de autobombo puesto que dicho
titular no es sino un pequeño elogio hacia el citado medio de comunicación con
el que se aspira a captar y mantener una creciente audiencia.
En este libro
ofrezco al lector algunos de los editoriales que he escrito a lo largo de mi
vida, incluyendo al comienzo de cada uno de ellos una pequeña introducción para
poner en contexto lo que allí se dice. Para sorpresa de todos, resulta que a
pesar del tiempo transcurrido, casi todo lo que escribí en su día sigue
teniendo actualidad, prueba irrefutable de que el ser humano tropieza una y
otra vez, eternamente, con las mismas piedras y somos incapaces de aprender la
lección.
La selección de editoriales
que aquí se ofrece está ordenada cronológicamente, desde los primeros que escribí
a los últimos. Está claro que su principal valor no es la calidad de los mismos
sino el hecho de poder seguir la evolución de un Comunicador que se metió a
periodista y que escribió siempre lo que quiso y como quiso… y eso es algo que
muy pocos periodistas pueden decir.
Todos los
periodistas tienen un jefe que les dice qué tienen que escribir y cómo
escribirlo. Todos los jefes tienen un propietario o consejo de administración
que se encarga de recordarles cuál es la “línea editorial” de ese medio de
comunicación. Todos los medios de comunicación viven del dinero de la
publicidad (la que proviene de los anunciantes) bien sean empresas (a los
grandes anunciantes hay que mimarlos) o bien sean partidos políticos (con cuyas
ideas políticas sintoniza el propietario del medio) que dan campañas de
publicidad y otro tipo de influencias a esos medios afines.
En este caso, y aun
cuando durante mi vida profesional trabajé para varias empresas en las que puse
en marcha diarios digitales y revistas impresas, tuve la suerte excepcional de
contar con la total confianza del presidente, el cual me dejó dirigir esos
medios a mi manera y escribir en ellos aquello que yo consideraba más
interesante y en la forma en que yo consideraba debía hacerse.
Si se comparan
estos editoriales con otros que aparecen en los periódicos quizás a nivel
periodístico se observen diferencias, lo cual es lógico por cuanto mis
editoriales siempre fueron “míos” y no de la “línea editorial” de la empresa
porque, incluso cuando trabajaba para esas empresas, era yo mismo quien marcaba
cuál era la “línea editorial” ya que al ser el máximo responsable de
Comunicación era mi responsabilidad establecer precisamente cuál y cómo debía
ser la Comunicación Corporativa de la compañía.
Por consiguiente,
espero que la lectura de esta selección de editoriales “sui generis” te resulte
entretenida, que te permita ver cómo es la evolución periodística de los
mismos, y si algo deben enseñar no será otra cosa que un ejercicio de libertad
a la hora de seleccionar y exponer los temas centrales de cada editorial. En
definitiva, sean buenos o malos desde un punto de vista periodístico, estos editoriales
son un claro ejemplo del más genuino periodismo personal e independiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario