El presente libro es una visión muy personal, muy variada
y muy original sobre Noruega, vista por un español profundamente enamorado de
este país nórdico. No es, pues, ninguna guía de viajes, pero sí un viaje que te
llevará a conocer este país de una forma diferente y entretenida.
Aquí se conjugan experiencias, anécdotas y opiniones
personales, junto con hechos concretos y datos estadísticos que no ofrecen
discusión y nos demuestran cómo este pequeño país (pequeño en cuanto a número
de habitantes) es grande en cuanto a su contribución al conjunto de la sociedad
mundial y modelo social y económico a seguir.
Para empezar contaré al lector cómo nació de forma innata
mi atracción por los países nórdicos (“Así empezó todo”) seguido de una
coincidencia que realmente no sabría si llamarla coincidencia o fenómeno
paranormal (“¿A qué juega el destino?”). Sea como fuere, mi pasión por Noruega
ha permanecido indeleble a lo largo de toda mi vida y así lo he reflejado en
más de una ocasión con la siguiente frase: “¿Por qué mi corazón se perdió en el
norte? ¿Será por la paz, por el respeto, por la tolerancia, por el nivel
cultural, por la educación, por la tranquilidad, por la responsabilidad, por
una tierra viva que palpita bajo tus pies...?”. Será, quizás, por eso y por
mucho más, por un sentimiento difícil de explicar con palabras pero que, tras
conocer más y mejor este país, uno puede darse cuenta de lo justificado que
está ese sentimiento.
He escrito numerosos comentarios sobre Noruega, su
cultura, algunas peculiares características de su sociedad, iniciativas
pioneras en diversos ámbitos, su variada y majestuosa naturaleza, la presencia
de Noruega en España, y un repaso sobre aspectos de su política y economía.
Todo ello lo he incluido en este libro para compartirlo
con el lector y aportarle nuevo material que le permita formarse su propia
opinión, tratando que la lectura resulte amena y, a veces, sorprendente al
descubrirle algunos aspectos inéditos sobre tan peculiar país. Finalmente, era
obligado incluir un amplio capítulo dedicado a cifras y datos estadísticos que
demuestran con hechos y no con palabras, por qué Noruega es un país líder en
casi todo aquello a lo que aspira el ser humano.
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viernes, 28 de enero de 2022
viernes, 21 de enero de 2022
Cómo dar bien las malas noticias
Si nos
fijamos en las páginas de cualquier periódico o en los informativos de
cualquier emisora de radio o cadena de televisión, veremos que la mayor parte
de las noticias se refieren a aspectos negativos de la vida, y un alto
porcentaje de los mismos estarán directamente relacionados con la muerte:
accidentes, atentados, violencia de género, desastres naturales, guerras,
epidemias...
Raro será
aquél periodista que en algún momento no haya de cubrir alguna de estas
noticias, y son muchos quienes las cubren de manera habitual (y no digamos si
se trata de corresponsales de guerra), pero el periodista no es sólo un
profesional de la comunicación, también es... una persona, y como tal se ve
afectado por estos acontecimientos. El estar trabajando en medio de desastres
(sean naturales o provocados por el hombre), entrevistando a personas en el
mismo momento en que padecen el punto más álgido de dichos sucesos traumáticos,
acaba haciendo mella en la psique del periodista llevándole en algunos casos a
ser víctima de la propia noticia que estaba cubriendo. El periodista que
convive con sucesos traumáticos puede acabar también padeciendo un estrés
post-traumático.
Se hace,
pues, necesario, que el periodista (y por supuesto también los editores), sean
conscientes de este riesgo y preparen adecuadamente a sus reporteros; y no sólo
deben prepararlos para cubrir esas informaciones, sino que deben prestarle su
apoyo antes, durante y después. Sólo así se podrá minimizar el riesgo y sólo
así se podrá recuperar anímicamente a esos profesionales de la Comunicación
víctimas de tan terrible entorno.
Hace unos
años, como director del diario digital “AZprensa”, dediqué un gran esfuerzo
para la formación y preparación de los periodistas. Una de aquellas iniciativas
fue la organización de los llamados “Foros AZprensa”, en donde traía a expertos
en diversos campos (científicos, periodistas, etc.) para que expusiesen sus
últimas aportaciones. Unos encuentros dedicados a todos los periodistas con el
objetivo de que después estos divulgasen a su vez la información recibida.
Uno de los
temas abordados lo titulé “El periodista y la tragedia”, para lo cual invité al
periodista británico Mark Brayne, responsable para Europa del “Dart Center for
Journalism & Trauma”, una entidad cuyo objetivo es, precisamente, ayudar a
los periodistas que cubren este tipo de situaciones traumáticas. El foro tuvo
lugar –como la mayoría de “Foros AZprensa” celebrados, en la sede de la
Asociación de la Prensa de Madrid. Pero ha pasado unos años y la situación del
mundo y del periodismo no es muy diferente a la de entonces, por ello sigue
teniendo vigencia todo lo que se habló en aquella ocasión, motivo por el cual
he traducido el contenido de aquél Foro para ofrecerlo de nuevo a los lectores
interesados y aportar así un nuevo granito de arena que sirva de ayuda a los
periodistas, a sus editores y a todos cuantos deben informar sobre este tipo de
situaciones.
Como la
muerte es compañera permanente de las tragedias, he dedicado la segunda parte
del libro a aclarar conceptos y recuperar consejos de los expertos sobre la
etapa final de la vida del ser humano. Un periodista que informa sobre los
sucesos antes mencionados, debe conocer y diferenciar perfectamente toda una
serie de conceptos relacionados con la muerte, con el cuidado a los enfermos
terminales e incluso dominar el arte de “dar bien las malas noticias”.
Para este
cometido he recurrido a una serie de documentos elaborados por la Comisión
Central de Deontología de la Organización Médica Colegial (OMC) en donde
trabajé como responsable de Comunicación en mi última etapa profesional. Desde
allí contribuí a divulgar entre periodistas y entre la opinión pública general
todos estos aspectos relevantes de la información y comunicación con las
personas que se encuentran en la última fase de su vida y de la divulgación
periodística de dichos acontecimientos. Pero no sólo me dediqué a la
divulgación de estos temas sino que también organicé diversos actos formativos
al respecto dirigidos específicamente a los periodistas para que estos
adquiriesen los conocimientos necesarios para informar con propiedad y acierto
sobre tan delicados temas.
De todo ello
va este libro, de la importancia de cuidarse como periodista y ser humano
cuando debe cubrirse información de tragedias; de saber cómo abordar a las
personas que viven tan desoladores episodios para ayudarles a superarlos y
obtener de ellas la información que buscamos; de conocer la terminología exacta
para contar nuestras historias de una manera correcta y profesional para que
todo el mundo las entienda y quede perfectamente claro de qué estamos hablando.
Espero que
este libro os sea de utilidad cuando vayáis a cubrir informativamente alguna
tragedia y también como herramienta de consulta para tener a mano la definición
exacta de una serie de términos que con demasiada frecuencia se confunden y crean
mayor confucionismo aún entre la audiencia.
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viernes, 14 de enero de 2022
Castidad & Rock and Roll
Tras una vida dedicada al mundo de la Comunicación y el
Periodismo, he ido escribiendo también diversos libros de los más diversos
géneros (novela, comunicación, periodismo, historia, opinión, poesía, humor…)
pero si me dieran a elegir uno, mi favorito sería este.
Para empezar diré que lo más importante de una novela es
que sea entretenida, que interese al lector, que le enganche y le tenga atado a
sus páginas hasta el final. Si no es así, por muy valioso que sea su contenido,
por muy bien escrita que esté, de nada servirá… acabará olvidada en un rincón
incluso antes de haberse terminado su lectura.
En Publicidad es frecuente ver cómo muchos anuncios
obtienen grandes premios internacionales en los festivales de cine publicitario
y sin embargo han sido auténticos fracasos porque no consiguieron el fin para
el cual se crean todos los anuncios: aumentar las ventas de lo que anuncian.
Piénsalo. ¿Cuántas veces has oído o has dicho tú mismo “qué bueno es ese
anuncio”? ¿No te ha pasado que después preguntas o te preguntan cuál era el
producto que anunciaba? ¿Lo recordabas? “No, no me acuerdo”. Pues si no te
acuerdas del producto que anunciaba, eso significa que el anuncio era malo…
podría ser “bonito” pero no era “bueno”. El buen anuncio publicitario es aquél
que te hace desear y comprar el producto o servicio que anuncia.
Pues lo mismo sucede con las novelas: lo que importa es
que su historia llegue al lector y le impacte… y eso es lo que he intentado con
esta novela. En este caso –además- no te dejará indiferente y sentirás algo así
como picotazos que te harán reaccionar. “Castidad & Rock and Roll” te
llevará a replantearte muchas cuestiones… te abrirá los ojos para tomar
conciencia de ti mismo.
Sin embargo definir esta novela es una tarea harto
difícil. Puede hablarse de una novela de aventuras, puesto que a sus
protagonistas les suceden un montón de peripecias. Es una intriga policíaca, en
donde se investiga una desaparición y se hace partícipe al lector de las
pesquisas correspondientes. Es una historia de amor, porque el amor está
presente en muchos de sus protagonistas. Es un relato para jóvenes, porque su
protagonista es un chico de 23 años. Es un tratado de teología, porque sus
protagonistas se preguntan y responden a muchas de las cuestiones más
esenciales del ser humano. Es una obra musical, porque el rock and roll y la
música pop son protagonistas. Es una guía de viajes, porque nos lleva a
descubrir, en un insólito viaje, otro país. Es un manual de comunicación,
puesto que nos desvela muchas claves y aspectos internos del mundo de la
comunicación. Es una lección de periodismo, porque nos muestra las claves del
buen periodismo. Es un alegato a la tolerancia, en donde se muestra cómo la misma
es necesaria para la convivencia entre los seres humanos. Es un libelo
provocador, porque dice a las claras ciertas cosas que se callan por vergüenza
o porque no son políticamente correctas. Es un canto a la amistad, en donde
esta surge por encima de las barreras de la edad o el sexo. Es un texto
religioso, porque habla de Dios y del sentimiento religioso de las personas. Es
un reportaje sobre la homosexualidad, sentimiento presente en alguno de sus
protagonistas. Es una crónica de sucesos, ya que hace vivir a sus
protagonistas, que son ficticios, un suceso real. Es un libro familiar, porque
habla de la familia y de los sentimientos de sus protagonistas hacia este
núcleo social. Es un divertido entretenimiento, porque hace sonreír de vez en
cuando. Y sobre todo es una novela original y diferente que sorprende al lector
y le hace pasar un buen rato.
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viernes, 7 de enero de 2022
Asignatura: la Vida
El 20 de octubre de 2019 falleció en Zamora el profesor
de Lengua y Literatura Manuel Prieto Peromingo. El diario “La Opinión de
Zamora” recogía la noticia en estos términos:
“Zamora despidió ayer a Manuel Prieto Peromingo en la
iglesia de María Auxiliadora, donde se celebró la misa de su funeral.
Prieto Peromingo fue director de la Universidad Laboral durante ocho años y se jubiló en el cargo, tal y como mencionaba ayer el actual responsable del centro educativo, Carlos Macías quien lamentaba la muerte de quien años atrás había sido su profesor de Lengua y Literatura. ‘Era una persona muy entrañable y tengo un recuerdo muy bueno de él’, señala el pupilo que remarca que ‘su materia nos la hacía aplicar en la vida con actividades trasversales y, sin querer, te motivaba mucho’.
Como director apunta que Peromingo ‘tuvo buena sintonía con los compañeros y se hizo cargo de la dirección del centro cuando todavía había dos edificios y era una época de más alumnado’. También agrega que ‘vivió la época en la que se implantó la Logse y lideró un tiempo de adaptación en los centros de Bachillerato y de cambio completo en la FP’.
Manuel Prieto Peromingo, además, colaboró de este diario desde principios de 2009 hasta 2016, un período que su alumno menciona. ‘Leía sus columnas con interés dado que empezó a escribir tras jubilarse’, atestigua Carlos Macías”.
Por su parte, la publicación “Zamora News” señalaba que:
“Falleció el pasado domingo el que fuera director y
profesor de la Universidad Laboral de Zamora Don Manuel Prieto Peromingo.
Don Manuel Prieto Peromingo fue profesor de literatura en la Universidad Laboral de Zamora y también director del centro. Un hombre activo en su jubilación puesto que no dejó de escribir artículos de opinión en varios diarios. Tras una larga enfermedad en el día de ayer el profesor y director jubilado de la Universidad Laboral, columnista y en tiempos paseante zamorano, fallecía en el día de ayer a la edad de 76 años.
La misa de funeral será esta mañana a las 10 en la Iglesia de María Auxiliadora, tras la misma se procederá a la conducción del cadáver al crematorio de la Soledad donde se procederá a su incineración.
Un hombre entrañable y gran conocedor del mundo de las letras, amante de la literatura y escritor así como gran docente. Pasó el final de carrera como profesor en la Universidad Laboral que hoy se entristece con su fallecimiento. D.E.P don Manuel Prieto Peromingo”.
A través de su hija María tuve noticia del fatal
desenlace y sentí que una parte de mi vida se quedaba huérfana. Veía que a esas
reseñas periodísticas, aun siendo afectuosas y correctas, les faltaba corazón,
les faltaba la chispa de emoción que él supo encauzar en mi cuando entró en mi
vida, les faltaba esa profunda admiración y agradecimiento que supo despertar
en mí.
Tratando de recuperar algunos recuerdos de todo lo que
significó en mi vida, encontré en un estante de mi librería un libro
encuadernado en piel cuyas hojas, ya amarillentas por el paso de los años, eran
unas simples cuartillas escritas por mí a máquina cuando tenía 20 años. Decían
así al comienzo:
“En este libro reúno gran parte de las poesías y cartas
del que ha sido mi maestro: Manuel Prieto. Sin embargo, si me decido a ponerlo,
se debe a varias razones. En primer lugar, conocer la vida y la psicología de
aquél que me forjó como escritor, como poeta, como humano, como hombre en
definitiva. En segundo lugar, porque a través de sus cartas se refleja gran
parte de mi vida y mi psicología, que de haber sido escrita por mí,
inexorablemente hubiera sido un poco parcial. Nuestras vidas, desde que nos conocimos,
estuvieron fuertemente conexionadas. Él me enseñó muchas cosas, y creo que yo
también le enseñé alguna. Este conjunto representa el más firme balance y
estudio de Manuel Prieto, desde que lo conocí”.
No conservaba sus cartas, pero sí la transcripción que
hice de ellas y dejé encuadernadas en ese libro, auténtica joya de mi juventud.
Pero si son cartas personales ¿qué interés pueden tener para otras personas el
poder leerlas? A este respecto debo aclarar que no se trata de cartas
“normales”, de esas que cualquiera escribía cuando la gente se comunicaba por
carta porque no existía Internet, ni redes sociales, ni nada de eso que hoy nos
parece tan corriente y tan indispensable. En aquella época la gente se
comunicaba por carta, la cual tardaba varios días en llegar a su destino y
después, el destinatario, cuando encontraba tiempo suficiente para ponerse a
escribir, las contestaba y una vez hecho esto, debía encontrar el momento
adecuado para ir al estanco, comprar el sello y ponerla en el buzón de correos.
De ahí, otra espera de varios días hasta que llegaba la respuesta a su
destinatario.
Pero, como digo, las cartas “normales” son aquellas en
las que decimos lo que hemos hecho, lo que nos ha pasado y/o lo que vamos a
hacer. Por el contrario, las cartas que nos escribíamos Manuel Prieto y yo eran
completamente diferentes porque hablaban de sentimientos, de emociones, de
reflexiones sobre la vida… y en aquellos años, entre 1965 y 1969, cuando yo
tenía de 16 a 20 años, en esa etapa en que se pasa de ser un crío a ser un
adulto, el mundo de las emociones y sentimientos está en plena ebullición, anda
desorientado… y necesitado de una mano amiga que te escuche y te oriente, que
te ayude a encontrarte a ti mismo. Esa mano fue la suya, y eso que apenas si
era seis años mayor que yo, pero era algo así como un hermano mayor, alguien a
quien se quiere y se admira. Y sus consejos eran sabios a pesar de su juventud.
Este libro habla de él, no de mí, aunque las palabras que
recoge fueran dirigidas a mí; pero me resultaron tan útiles que considero un
terrible egoísmo marcharme de esta vida sin haber dado la oportunidad de que
alguien más pueda leerlas y beneficiarse de las mismas. No va a ser este un
best-seller, por supuesto, ni pretendo vender muchos ejemplares del mismo. Con
que una o dos personas más acierten a leer este libro me doy por satisfecho.
Decía en una ocasión, Manuel Prieto, que “el ser profesor
es eso. Nunca conoces los frutos de tus esfuerzos”. Y después reconocía que con
que uno o dos alumnos supiesen sacar provecho de lo que intentaba enseñar se
daba por satisfecho.
Pues a eso vamos en este libro titulado “Asignatura: la
Vida” que puedes encontrar en Amazon (en ediciones digital e impresa)…
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Prieto Peromingo fue director de la Universidad Laboral durante ocho años y se jubiló en el cargo, tal y como mencionaba ayer el actual responsable del centro educativo, Carlos Macías quien lamentaba la muerte de quien años atrás había sido su profesor de Lengua y Literatura. ‘Era una persona muy entrañable y tengo un recuerdo muy bueno de él’, señala el pupilo que remarca que ‘su materia nos la hacía aplicar en la vida con actividades trasversales y, sin querer, te motivaba mucho’.
Como director apunta que Peromingo ‘tuvo buena sintonía con los compañeros y se hizo cargo de la dirección del centro cuando todavía había dos edificios y era una época de más alumnado’. También agrega que ‘vivió la época en la que se implantó la Logse y lideró un tiempo de adaptación en los centros de Bachillerato y de cambio completo en la FP’.
Manuel Prieto Peromingo, además, colaboró de este diario desde principios de 2009 hasta 2016, un período que su alumno menciona. ‘Leía sus columnas con interés dado que empezó a escribir tras jubilarse’, atestigua Carlos Macías”.
Don Manuel Prieto Peromingo fue profesor de literatura en la Universidad Laboral de Zamora y también director del centro. Un hombre activo en su jubilación puesto que no dejó de escribir artículos de opinión en varios diarios. Tras una larga enfermedad en el día de ayer el profesor y director jubilado de la Universidad Laboral, columnista y en tiempos paseante zamorano, fallecía en el día de ayer a la edad de 76 años.
La misa de funeral será esta mañana a las 10 en la Iglesia de María Auxiliadora, tras la misma se procederá a la conducción del cadáver al crematorio de la Soledad donde se procederá a su incineración.
Un hombre entrañable y gran conocedor del mundo de las letras, amante de la literatura y escritor así como gran docente. Pasó el final de carrera como profesor en la Universidad Laboral que hoy se entristece con su fallecimiento. D.E.P don Manuel Prieto Peromingo”.
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