"Cuando nos marchamos de algún lugar (algo que hacemos
constantemente puesto que la vida es mudanza continua de un sitio a otro, de
una situación a otra), dejamos en él una parte de nosotros mismos. Por eso los
lugares y situaciones en que hemos estado y vivido nos resultan tan familiares,
porque hemos dejado allí una parte de nosotros que sólo podemos recuperar
cuando regresamos, y en donde volvemos a dejar –al marcharnos de nuevo- una
parte más grande aún de nosotros mismos...
Por consiguiente la vida es un continuo esparcir de nuestra
presencia para después ir recuperándola poco a poco y de seguido esparcirla de
nuevo. Por muy breve que haya sido nuestra estancia en cualquier lugar, allí
hemos dejado nuestra impronta y algo secreto dentro de nosotros nos llamará
para ir a buscarla, sin que podamos nunca hacerlo, puesto que cada vez que
regresemos a un determinado lugar en el que estuvimos para sentir que algo de
allí era nuestro, aunque nos lo llevemos después en la memoria y el sentimiento
eso no impedirá que allí dejemos de nuevo una impronta nuestra más fuerte aún
que la anterior".
Vicente Fisac (Palabras inefables)
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