Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro no han sido los
mejores y pasarán a la historia por muchos de sus fallos de organización e
instalaciones, pero también por una fotografía emblemática que adjuntamos
(partido de voley playa entre Alemania y Arabia Saudí) que da pie a que
califiquemos a estos Juegos como “los del machismo”. Porque ¿puede haber algo
que represente mejor al machismo que esta foto (por otra parte común en muchos
otros deportes)?
Las jugadoras de los países musulmanes, en donde la mujer es
un mero objeto al servicio del hombre, sólo pueden participar si van tapadas de
arriba abajo, como puede verse en la foto. Pero ¿y las alemanas y del resto de
países occidentales? ¿Por qué se las obliga (desde sus Federaciones) a mostrar
carne? Porque eso mismo no lo hacen con los hombres. Las Federaciones obligan a
una vestimenta para los hombres y a otra muchísimo más reducida, para las
mujeres.
Si en el otro caso la mujer es un objeto propiedad del
hombre que solo su propietario puede contemplar; en este otro caso la mujer es
un objeto que debe mostrarse para satisfacer a todos los hombres.
Aunque se trate de dos posturas opuestas, resulta que en el
fondo son lo mismo: machismo, en la peor y más deleznable acepción del mismo.
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