“El hecho
biológico” es un artículo científico que fue publicado en la revista “Algo” nº
134 de la segunda quincena de julio de 1969. Decía así:
Los seres
humanos no somos los únicos que vivimos en sociedad. La mayor parte de los
seres vivos también viven en sociedad. Por lo tanto podemos estudiar la
sociedad humana en su marco evolutivo.
Veamos
primeramente sus rasgos fundamentales:
1) Todas ellas
entrañan un nivel de asociación.
2) Hay tres
niveles distintos:
(a) Organismo
(Sistema de células relacionadas. Es un sistema rígido y cerrado. Existe una
gran dependencia; esto es, no hay movilidad independiente).
(b) Simple
agregado (Como ejemplo se puede citar un grupo de mosquitos. Tienen mayor
movilidad independiente, pudiendo unirse o desunirse, etc. Se hayan unidos
porque se ven sometidos a las mismas condiciones ambientales. Esto implica una
interacción biótica. Se incluyen unos a otros pero no conscientemente, ya que
sus respuestas son heredadas. Este nivel de asociación no tiene capacidad de resistencia;
esto es, no puede un grupo asumir funciones de protección).
(c) Sociedad
(Implica unas relaciones sociales para obtener el sustento en el medio
ambiente. Su base se fija cuando esta unión no sólo lleva a una interacción
biótica, sino cuando hay interacción de subsistencia debida a un agrupamiento.
Así, pues, la unión es necesaria (ej: manada de lobos) para la subsistencia del
grupo. Se basa en la existencia de relaciones sociales que se dan en
organismos, no en células. La sociedad
así establecida puede perpetuarse a sí misma y reconstituirse.
Hay tres tipos
de necesidades: protección, nutrición y reproducción. Estas necesidades
primarias pueden resumirse en una: “lograr la supervivencia de la sociedad”, y
esto es una necesidad para la supervivencia de la especie.
Hay cuatro tipos
de sociedades:
1) Sistemas
biosociales.
2) Sociedades
de los mamíferos.
3) Sociedades
de los primates.
4) Sociedad
humana.
Las diferencias
de los sistemas biosociales y sociedades de los mamíferos respecto a los otros
dos tipos, son manifiestas. Aquí vamos a tratar de las características y
diferencias existentes entre la sociedad de los primates y la humana. Por medio
de este breve estudio comparativo podremos ver que las diferencias entre ambos
son muy pocas pero, eso sí, claramente diferenciadas.
Sociedades de
los primates.- Las sociedades de los primates constituyen un tipo de sociedad
de orden superior a la de los mamíferos. Este tipo de sociedad es mucho más
complejo. Tienen una organización social muy parecida a la humana, observándose
grandes analogías al compararlas con las sociedades humanas primitivas. Hay una
diferenciación menor entre los sexos. Todo lo que hace un mono macho puede
hacerlo un mono hembra. Hay, además, una cierta base cultural para la división
del trabajo.
El sexo juega un
papel importante para la cohesión del grupo en el aspecto social. Hay, pues,
grupos organizados. No existen épocas definidas para el apareamiento, teniendo
una capacidad de celo constante. Además, las hembras tienen un periodo
menstrual parecido al de las humanas. Este papel conexiona la existencia del
grupo.
Tienen una mayor
complejidad sensitiva y motora (andan en dos patas). Son los únicos que tienen
manos y las pueden utilizar libremente. Tienen así mismo una infancia
prolongada con mayor dependencia cría-madre que en las otras sociedades. Existe
por tanto una mayor posibilidad de ser condicionado por el ambiente. Sus
respuestas heredadas son más débiles y aumentan las respuestas aprendidas. Como
consecuencia de esto, tienen necesidad de vida en sociedad con una gran
dependencia entre los miembros. La necesidad de aprender las respuestas lo
vemos en que tienen que aprender el acto sexual necesariamente. Esto da lugar
al juego sexual y a una utilización del sexo como medio y no como fin. El sistema
de domino tiene aquí gran importancia. Hay una cierta educación sexual
constante, así como unas relaciones de dominio en relación de sexo y edad. El
equilibrio entre los sexos va siendo similar, esto es, igual número de machos
que de hembras. Todo esto contribuye a la mayor relación entre el macho y la
hembra. Hay también existencia, pues, de solteros.
Tienen
mecanismos comunicativos (heredados) muy amplios; pero sin embargo no son
capaces de una comunicación simbólica (en esto nos diferenciamos los humanos).
Un animal no habla por la sencilla razón de que no tiene nada que decir, y esto
se debe a que no tiene capacidad de reflexión. Por este motivo su única
comunicación hablada consiste en gritos de peligro, victoria, alegría, etc.,
que son aprendidos y vienen dados por la supervivencia. Así, pues, no hay
comunicación simbólica. Esta falta de condicionamiento heredado le hace prestar
mayor atención por el ambiente, teniendo en consecuencia mayor selectividad de
sensaciones.
Sociedad
humana.- En la sociedad humana los individuos son estructuralmente homogéneos
salvo en sexo. Las diferencias genéticas entre el hombre y la mujer son
mínimas. Otra de las diferencias de este tipo consiste en que el hombre
promedio es algo más fuerte que la mujer promedio. Las diferencias que
encontraremos serán culturales; esto es,
respecto a la capacidad de admitir y transmitir la cultura. La división
del trabajo se hace atendiendo a estas mismas características. Existe una sexualidad
continua. Hay una comunicación simbólica arbitraria y esta es la que sirve para
que el aprendizaje sea cultural.
El hombre puede
transmitir la cultura por medio de:
a) Transmisión
oral.
b) Transmisión
escrita.
Sin embargo no
es preciso que todos los individuos sepan y aprendan todo; lo que importa es la
organización. Hay una división para el aprendizaje. Los individuos deben
complementarse entre sí, ya que la supervivencia se basa en la organización de
su aprendizaje. Tenemos la existencia no del dominio, sino del derecho a ese
dominio, y por consiguiente, de normas.
En su uso más
general, la sociedad se refiere meramente al hecho básico de la asociación
humana. Por ejemplo, el término ha sido empleado en el más amplio sentido, para
incluir toda clase y grado de relaciones en que entran los hombres, sean ellas
organizadas o desorganizadas, directas o indirectas, conscientes o
inconscientes, de colaboración o de antagonismo.
Ella incluye
todo el tejido de las relaciones humanas y no tiene límites o fronteras
definidas. De una estructura amorfa en sí misma, surgen de ella sociedades
numerosas, específicas, interconectadas, aunque todas ellas no agotan el
concepto de sociedad.
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