martes, 17 de febrero de 2015

El hecho biológico

“El hecho biológico” es un artículo científico que fue publicado en la revista “Algo” nº 134 de la segunda quincena de julio de 1969. Decía así:

Los seres humanos no somos los únicos que vivimos en sociedad. La mayor parte de los seres vivos también viven en sociedad. Por lo tanto podemos estudiar la sociedad humana en su marco evolutivo.

Veamos primeramente sus rasgos fundamentales:
1) Todas ellas entrañan un nivel de asociación.
2) Hay tres niveles distintos:
(a) Organismo (Sistema de células relacionadas. Es un sistema rígido y cerrado. Existe una gran dependencia; esto es, no hay movilidad independiente).
(b) Simple agregado (Como ejemplo se puede citar un grupo de mosquitos. Tienen mayor movilidad independiente, pudiendo unirse o desunirse, etc. Se hayan unidos porque se ven sometidos a las mismas condiciones ambientales. Esto implica una interacción biótica. Se incluyen unos a otros pero no conscientemente, ya que sus respuestas son heredadas. Este nivel de asociación no tiene capacidad de resistencia; esto es, no puede un grupo asumir funciones de protección).
(c) Sociedad (Implica unas relaciones sociales para obtener el sustento en el medio ambiente. Su base se fija cuando esta unión no sólo lleva a una interacción biótica, sino cuando hay interacción de subsistencia debida a un agrupamiento. Así, pues, la unión es necesaria (ej: manada de lobos) para la subsistencia del grupo. Se basa en la existencia de relaciones sociales que se dan en organismos, no en células.  La sociedad así establecida puede perpetuarse a sí misma y reconstituirse.

Hay tres tipos de necesidades: protección, nutrición y reproducción. Estas necesidades primarias pueden resumirse en una: “lograr la supervivencia de la sociedad”, y esto es una necesidad para la supervivencia de la especie.

Hay cuatro tipos de sociedades:
1) Sistemas biosociales.
2) Sociedades de los mamíferos.
3) Sociedades de los primates.
4) Sociedad humana.
Las diferencias de los sistemas biosociales y sociedades de los mamíferos respecto a los otros dos tipos, son manifiestas. Aquí vamos a tratar de las características y diferencias existentes entre la sociedad de los primates y la humana. Por medio de este breve estudio comparativo podremos ver que las diferencias entre ambos son muy pocas pero, eso sí, claramente diferenciadas.

Sociedades de los primates.- Las sociedades de los primates constituyen un tipo de sociedad de orden superior a la de los mamíferos. Este tipo de sociedad es mucho más complejo. Tienen una organización social muy parecida a la humana, observándose grandes analogías al compararlas con las sociedades humanas primitivas. Hay una diferenciación menor entre los sexos. Todo lo que hace un mono macho puede hacerlo un mono hembra. Hay, además, una cierta base cultural para la división del trabajo.

El sexo juega un papel importante para la cohesión del grupo en el aspecto social. Hay, pues, grupos organizados. No existen épocas definidas para el apareamiento, teniendo una capacidad de celo constante. Además, las hembras tienen un periodo menstrual parecido al de las humanas. Este papel conexiona la existencia del grupo.

Tienen una mayor complejidad sensitiva y motora (andan en dos patas). Son los únicos que tienen manos y las pueden utilizar libremente. Tienen así mismo una infancia prolongada con mayor dependencia cría-madre que en las otras sociedades. Existe por tanto una mayor posibilidad de ser condicionado por el ambiente. Sus respuestas heredadas son más débiles y aumentan las respuestas aprendidas. Como consecuencia de esto, tienen necesidad de vida en sociedad con una gran dependencia entre los miembros. La necesidad de aprender las respuestas lo vemos en que tienen que aprender el acto sexual necesariamente. Esto da lugar al juego sexual y a una utilización del sexo como medio y no como fin. El sistema de domino tiene aquí gran importancia. Hay una cierta educación sexual constante, así como unas relaciones de dominio en relación de sexo y edad. El equilibrio entre los sexos va siendo similar, esto es, igual número de machos que de hembras. Todo esto contribuye a la mayor relación entre el macho y la hembra. Hay también existencia, pues, de solteros.

Tienen mecanismos comunicativos (heredados) muy amplios; pero sin embargo no son capaces de una comunicación simbólica (en esto nos diferenciamos los humanos). Un animal no habla por la sencilla razón de que no tiene nada que decir, y esto se debe a que no tiene capacidad de reflexión. Por este motivo su única comunicación hablada consiste en gritos de peligro, victoria, alegría, etc., que son aprendidos y vienen dados por la supervivencia. Así, pues, no hay comunicación simbólica. Esta falta de condicionamiento heredado le hace prestar mayor atención por el ambiente, teniendo en consecuencia mayor selectividad de sensaciones.

Sociedad humana.- En la sociedad humana los individuos son estructuralmente homogéneos salvo en sexo. Las diferencias genéticas entre el hombre y la mujer son mínimas. Otra de las diferencias de este tipo consiste en que el hombre promedio es algo más fuerte que la mujer promedio. Las diferencias que encontraremos serán culturales; esto es,  respecto a la capacidad de admitir y transmitir la cultura. La división del trabajo se hace atendiendo a estas mismas características. Existe una sexualidad continua. Hay una comunicación simbólica arbitraria y esta es la que sirve para que el aprendizaje sea cultural.

El hombre puede transmitir la cultura por medio de:
a) Transmisión oral.
b) Transmisión escrita.
Sin embargo no es preciso que todos los individuos sepan y aprendan todo; lo que importa es la organización. Hay una división para el aprendizaje. Los individuos deben complementarse entre sí, ya que la supervivencia se basa en la organización de su aprendizaje. Tenemos la existencia no del dominio, sino del derecho a ese dominio, y por consiguiente, de normas.

En su uso más general, la sociedad se refiere meramente al hecho básico de la asociación humana. Por ejemplo, el término ha sido empleado en el más amplio sentido, para incluir toda clase y grado de relaciones en que entran los hombres, sean ellas organizadas o desorganizadas, directas o indirectas, conscientes o inconscientes, de colaboración o de antagonismo.
Ella incluye todo el tejido de las relaciones humanas y no tiene límites o fronteras definidas. De una estructura amorfa en sí misma, surgen de ella sociedades numerosas, específicas, interconectadas, aunque todas ellas no agotan el concepto de sociedad.

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