Si vista, oído, olfato y gusto nos engañan ¿cómo no iba a
hacerlo el tacto?
La cosa es bien sencilla, si tocas la superficie de cualquier
cosa (solo un poco para que el detalle de su forma no lo descubra) sin que a su
vez estén presentes los otros cuatro sentidos, es decir sólo con el tacto,
comprobarás que realmente te resulta difícil acertar de qué objeto se trata.
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