Toda la profesión médica ha mostrado su alarma ante el uso incontrolado y abuso que muchas jóvenes están haciendo con la llamada píldora del día después (PDD). Para empezar aclaran que la forma correcta de denominarla es “píldora anticonceptiva de emergencia” (PAE) precisamente por eso, porque se trata de una medida de “emergencia” no de algo que pueda tomarse de forma habitual, sin control médico, dejando de utilizar otros métodos preventivos, etc.
Pero también ha salido a la palestra otro tema y es el relativo a si es “anticonceptiva” o abortiva”. De sus efectos se deriva que impide la ovulación, espesa el moco cervical para que no se produzca la fecundación y si la toma alguien que ya haya quedado embarazada y tenga el embrión implantado en el útero, no le causará problema… aunque sí impedirá que un embrión fecundado que aún no se ha implantado en el útero pueda implantarse. Hay quien cree (…? ¿de verdad lo “creen” o anestesian con falsos convencimientos su conciencia?) que el ser humano comienza cuando está en condiciones de desarrollarse, es decir, cuando se ha implantado; otros incluso quieren convencerse a sí mismos de que sólo cuando el cerebro del feto tiene un determinado nivel de actividad puede hablarse de “ser humano”, aunque –afortunadamente- la mayoría sabe que es en el mismo momento de la fecundación cuando se inicia el comienzo de la vida de un nuevo ser.
La votación de los médicos en el último congreso de la Profesión Médica ha arrojado un claro resultado que muestra cómo la mayoría de los médicos cree que la PAE no es solo anticonceptiva sino también abortiva, y por consiguiente defienden la vida desde el mismo instante de su concepción.
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