En
la otra familia, en la de Chase, su esposa Maggie ha decidido buscar a sus
verdaderos padres. Richard –que también vivió esa angustia del hijo adoptado
que desea conocer su verdadera procedencia- le ofrece ánimo:
“-
No te des por vencida. La perseverancia es una especie de magia” (04x07).
Sabias
palabras que deberíamos tener presentes muchas más veces. No importa que las
cosas salgan mal una y otra vez; hay que seguir intentándolo, aprendiendo de
los errores, manteniendo viva la esperanza en que alguna vez saldrán bien y que
–en cualquier caso- la experiencia del aprendizaje ya habrá sido de por sí
suficiente recompensa. La vida no es un sprint, sino una carrera de fondo. ¿De
qué vale considerarse el ganador cuando la meta aún se encuentra tan lejos? Y
en la vida, la meta es el final de nuestro camino con la diferencia que no
sabemos dónde está: para unos a los 80 años, para otros a los 25. ¿Te imaginas
una carrera en la que desconoces cuánto va a durar? Si vas muy veloz te agotas
y no aguantarás hasta el final... pero si vas despacio y todos te adelantan, lo
mismo en ese instante pitan el final. Así es la vida. Por eso, tómatela en
general como una carrera de fondo y procura que en cada paso que des hayas
dejado ahí lo mejor de ti mismo; de esta forma, acabe cuando acabe la carrera,
seas tú el primero o el último, preocúpate solo de haber dejado para la
posteridad una carrera (es decir, una vida) de calidad.