Aun cuando contiene numerosas referencias a problemas y
disputas entre diarios competidores, artículos críticos e injerencias de las
Autoridades en la libertad de prensa (a la que todos –y siempre- desean tener
bajo su control) y al no conocer con exactitud –128 años después- de qué se
trata, se pierde una parte de su gracia y su aguzado ingenio. No obstante, esa
gracia e ingenio se desborda en cada verso y nos sorprende, además, con su
original estructura que en un punto transforma el verso en pieza teatral
(conversación entre Garibay y el Alcalde). Así, pues, y aun cuando no
alcancemos a comprender bien del todo el significado y la intención de estos
versos, sí que podemos disfrutarlos y beber algunos sorbos –ya que no todos- de
este genio.
Mi estimado compañero:
Con júbilo he recibido
la tuya fechada el trece
y enterado, me parece
que el soberbio recorrido
que le das al fusionista (1)
periódico de esa, no
podré repetirlo yo,
pues no es fácil que resista
esa fusionera grey
el ataque combinado
que propones, leal soldado,
de Dios, la Patria y el Rey.
Mas cualquier cosa te apuesto
a que no ven que en la unión
salvamos nuestra opinión
y cada cual en su puesto.
Te agradezco, amigo mío,
vengas a tomar revancha
de aquél que tiene La Mancha
como feudal señorío.
Es verdad que conocemos
sus vanas aspiraciones,
pues anhela en elecciones
copar distritos. Ya vemos
do las orejas asoman.
Piense que “el que mucho abarca
poco aprieta” o nunca marca,
y “donde las dan las toman”.
¿No es verdad que entre ellos,
quien debiera esos refranes
no olvidar, en sus afanes
parecido a Garibay?
¿No parece que nació
tan solo para sufrir,
y que anhelando morir
ni aun ese bien consiguió?
Y que no consiguió un bien,
lo prueba que defendía
un distrito que moría
para el pobre, el de Almadén.
Maldijo su suerte ingrata
y exclamó dando un suspiro:
“¡Cómo ha de ser! Este tiro
me salió por la culata”.
“Defendamos a Daimiel”,
dijo, y “El Eco” abatió
su orgullo, Daimiel murió
¡pobre iluso! para él.
Buscó suspirando luego,
el término de su mal,
y al fin lo halló en Ciudad
Real,
en su lid con “El Manchego”.
“La Provincia”, al sucumbir
aquél cuerpo “Independiente”,
cual alma de un delincuente
vagó incierta. “¿Dónde he de ir?”
pensó afligida, en el aire.
“No sé dónde me dirijo,
doquier que vaya, de fijo
me van a dar un desaire”.
Y como en la tierra ardía
el pueblo a quien incendió
un monterilla, creyó
que allí el infierno estaría.
Cansada de estar en vilo,
exclamó lanzando un terno:
“Preferible es el infierno
y allá me darán asilo”.
Dio tres golpes, y no en balde,
el infeliz pecador,
pues sintió sulfúreo olor
y abrió la puerta... un Alcalde.
“Usted es?...” (2) “Yo soy Luzbel.
¿Busca usted el reino?.. (3) “Del mal” (2)
“¿Dejó el cuerpo?” (3) “En Ciudad Real” (2)
“Venga el alma” (3) “¿Este es...? (2) “Daimiel” (3)
La arrojó como un venablo
el que a Daimiel pegó fuego,
y ella salió, desde luego,
como alma que lleva el diablo.
Y según cuenta la historia,
gira en movimiento eterno,
sin entrar en el infierno,
ni en el limbo ni en la gloria.
Y está con voz lastimera,
murmurando sin cesar:
“Nadie se debe matar
sin saber lo que le espera”.
Solo me resta decirte
que dispenses si salió
mal la parodia. Y que yo
anhelo siempre escribirte;
pero que el tiempo unas veces,
y otras veces musa ingrata,
me niegan la ocasión grata
de devolverte con creces
tus afectos. Por favor,
que me contestes, te ruego.
Adiós, amigo “Manchego”.
Tu afectísimo, Melchor.
PD.- (1) Critica las intenciones del partido Fusionista. (2) Garibay.
(3) Alcalde.
Fuente de información:
http://www.bubok.es/libros/244091/Una-lagrima-es-un-beso
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