La selección
española de fútbol ganó la Eurocopa celebrada en Austria y Suiza y yo salí a
celebrarlo con el sol de medianoche en la lejana Islandia. La aventura de aquél
viaje que me permitió vivir muy de cerca cómo es la vida en aquél país, se
ofrece ahora a todos los lectores.
En “La luz horizontal” se narra el viaje del
protagonista, con su familia, a la lejana Islandia, un país que siempre había
ocupado un lugar destacado en el mundo de sus sueños y que por fin se hacía
realidad. Pero además, este viaje no iba a ser como el del clásico turista
(tipo rebaño) sino que iban a tener como guías especiales a una pareja
islandesa e iban a poder conocer de primera mano cómo era la vida de los
islandeses.
Las diferencias
culturales y geográficas entre estas dos culturas, en un entorno no exento de
humor, se van poniendo de manifiesto a lo largo de esta novela, haciéndonos
reflexionar sobre aquello que es realmente importante en la vida.
Tras el viaje se
produce la explosión del volcán Eyjafjallajokull (un paraje que habían
visitado) y una crisis económica nunca vista sacude los cimientos de esta
sociedad. Un anexo de artículos y comentarios sobre estos acontecimientos
posteriores nos amplían la visión sobre Islandia y su poder de recuperación.
Pero todo viaje de
aventura que se precie necesita de unos personajes a la altura de las
circunstancias y esos personajes deben tener unos nombres de batalla que los
identifiquen y distingan para la posteridad. De esta forma, Pelos de susto,
Ballenator, Mufi y Marmota emprendieron la exploración de un país que no es de
este mundo; un país en donde todo es diferente, hasta la luz, una luz
horizontal que permanece siempre fija en el horizonte.
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