(Recuerdos
de adolescencia) Hoy me separan de ti muchos kilómetros. He tenido que
apartarme de tu lado por algún tiempo. Estoy aquí, en La Mancha, en una finca
con la familia. Tú permaneces en Madrid, lejos, muy lejos. Repito tu nombre
como una oración y este me da aliento. ¡Qué triste se ve todo cuando no lo
invades tú con esa sonrisa! ¡Qué vacío se ve todo cuando no lo llenas con tu
figura!... Y me siento solo. Pero hay que saber aceptar las cosas.
Todas
las tarde me retiro a un paraje solitario al que siempre van los que se sienten
como yo. Al que siempre van los que tienen distante la persona amada. ¡Es
bonito el lugar! Unos cuantos álamos gigantescos dan sombra sobre el suelo tan verde, todo
plagado de juncos por lo que trepan flores silvestres. Y luego un pequeño lago.
Todas las tardes contemplo al sol esconderse al fondo. Sus rayos y su figura
rojiza perforan las pequeñas nubes que se interponen en su camino. El agua
queda manchada por la sangre del sol que, herido, huye para ocultarse en los
lejanos montes. Los juncos están espigados y todo es hermoso. Nace en mí la
canción de la esperanza. Dice así:
Las
horas pasan muy lentas
porque no estás a mi lado
y quiero tenerte cerca.
Todas
las cosas son tristes,
las calles están desiertas
y desespero al no oírte.
Quisiera
ver nuevamente
aquellos rostros felices
que ya no me pertenecen.
Quisiera
poder pedirte
las cosas alegremente,
ver que tu rostro ríe.
Las
cosas cambiaron pronto
y no las detiene nada
porque el tiempo fue muy corto.
Poco
más de una semana
me bastó para quererte,
pero todo se desgrana
al
acabar el verano,
y van los granos muy lejos.
Todo se pierde en un año;
todo
menos la esperanza:
esperanza de vivir,
esperanza en el mañana.
Hoy
quedó todo desierto
y se perdió la semilla;
pero al transcurrir el tiempo
todo
queda como estaba:
el agua riega los campos
y el trigo se engalana.
Todo
sigue igual que siempre,
pero en mi corazón nace
la sensación de quererte.
Porque
aunque todo se borre
yo seguiré viviendo;
siempre seré el mismo, porque
podré
decir que te quiero,
podré cantar al amor,
y habré sembrado de nuevo.
Vicente Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
El libro “Villa Fantasía” está incluido en el libro “Los primeros pasos de un escritor”: https://www.amazon.es/dp/1708323147
porque no estás a mi lado
y quiero tenerte cerca.
las calles están desiertas
y desespero al no oírte.
aquellos rostros felices
que ya no me pertenecen.
las cosas alegremente,
ver que tu rostro ríe.
y no las detiene nada
porque el tiempo fue muy corto.
me bastó para quererte,
pero todo se desgrana
y van los granos muy lejos.
Todo se pierde en un año;
esperanza de vivir,
esperanza en el mañana.
y se perdió la semilla;
pero al transcurrir el tiempo
el agua riega los campos
y el trigo se engalana.
pero en mi corazón nace
la sensación de quererte.
yo seguiré viviendo;
siempre seré el mismo, porque
podré cantar al amor,
y habré sembrado de nuevo.
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