Cuando
estemos en el otro lado ¿cómo será nuestra comprensión de todo? ¿Habrá
lenguaje? ¿Hablaremos? ¿Tendremos cuerpo, cara, brazos y piernas? ¿Podremos
movernos? ¿Conservaremos nuestros cinco sentidos?
Todo
esto es muy difícil de comprender, pero no porque nadie que haya estado allí
haya vuelto para contarlo (porque esto sí que ha sucedido miles de veces) sino
porque no tenemos en nuestro lenguaje palabras para explicarlo.
En
el otro lado, podemos ver, pero ver es saber, es conocimiento. NO hay
distinción entre experimentar algo y comprenderlo.
Lo
más parecido que podemos encontrar se da en nuestros sueños, cuando podemos
estar en varios sitios al mismo tiempo, cuando podemos ir hacia adelante y
hacia atrás en el tiempo, cuando podemos tocar y sentir las cosas, cuando
podemos volar y desplazarnos de forma instantánea a cualquier parte, cuando nos
comunicamos sin necesidad de hablar. Cuando nos vemos a nosotros mismos y a los
seres queridos con la imagen que teníamos en cualquier otra época de nuestra
vida, aquella que fuese más identificable para nosotros…
Es
un estado que no se puede definir con palabras, sólo podemos aproximarnos muy
ligeramente a través de estos ejemplos…
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
Si
has leído esto, no ha sido por casualidad…
“No
son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO
Estamos
en un universo que vemos, pero no estamos solos, hay otros muchos universos,
otros muchos estados materiales y espirituales y todos están en el mismo sitio;
lo que pasa es que no somos conscientes de los otros porque no somos capaces de
percibir sus vibraciones. Estamos limitados por nuestros sentidos corporales y
no somos capaces de percibir esas otras dimensiones cuya existencia se ha
demostrado la física cuántica.
Para
comprender esas otras dimensiones hay que acercarse a ellas, hay que abrir la
mente para intentar sintonizarnos con esa otra realidad. No se trata de salir a
investigar, sino de ponerse en disposición de “escuchar” y sentir esos otros
universos que están aquí mismo, íntimamente entrelazados con el nuestro. Esos
otros universos no están lejos de nosotros, están aquí mismo, sólo que en unas
frecuencias que no somos capaces de percibir.
No
olvidemos que nosotros mismos y todo nuestro mundo material no es otra cosa que
“vibraciones” y hasta el más sólido bloque de acero es vibración que podrían
atravesarse si fuésemos capaces de “entrar” a través de sus rendijas. Es como
un ventilador que está en marcha. Parece un disco sólido porque si intentamos
colar un papel entre sus aspas, ese papel será inmediatamente despedido o
despedazado, pero entre aspa y aspa hay un hueco y si fuésemos capaces de colar
el papel entre una y otra aspa a una velocidad mayor que la velocidad de esas
aspas, lo pasaríamos al otro lado sin ningún problema. Es como si pusiésemos el
ventilador en cámara superlenta y nosotros actuásemos en cámara rápida.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
Si
has leído esto, no ha sido por casualidad…
“No
son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO
Todos
sabemos, por todos los ensayos clínicos que se realizan con medicamentos, que
un comprimido de una sustancia inerte, sin ningún efecto ni positivo ni
negativo, es decir, como si se tomase una gota de agua, es capaz de curar
enfermedades y eliminar síntomas de las mismas… cuando quien lo toma se cree
que está tomando una medicina de verdad que va a curar esos síntomas y/o esa
enfermedad. Este efecto placebo acepta habitualmente a un 10 por ciento de los
pacientes, no a todos, pero en ocasiones afecta hasta un 30 por ciento de los
pacientes.
¿Y
qué hace la ciencia médica? Pues considera que esto es un “inconveniente”, una
“molestia”, una “contrariedad”, y por eso se comparan todos los medicamentos
con placebo y sólo cuando los medicamentos estudiados consiguen superar significativamente
el efecto placebo, se considera que son útiles.
Esa
es la mirada que la Medicina hace sobre el efecto placebo. No se les ocurre
investigar por qué el poder de la mente, la fe, la creencia en que esa píldora
mágica (que no es nada) es capaz de curar enfermedades y síntomas. La Medicina
desprecia el poder de la fe y su capacidad de influir en nuestro estado de salud
en vez de investigar sobre ello que, a fin de cuentas, tan importante es para combatir
la enfermedad y sus síntomas.
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
“La
Comunicación en Medicina”: https://amzn.eu/d/hjFKPvP
Desde
los albores de la Humanidad, el ser humano se ha hecho una serie de preguntas
fundamentales, preguntas sobre Dios, el alma, la vida después de la muerte, la
reencarnación, el libre albedrío… y sin embargo, en la época actual, está mal
visto hablar de esto y cualquier intento por hacerlo, sencillamente se ignora.
Cada vez que alguien saca este tema en un medio de comunicación, un tropel de
tertulianos acabará ridiculizándolo y desvirtuando sin el más mínimo rigor,
ignorando cuantas evidencias a favor de su existencia pudieran presentarse.
Pero más normal es que ni siquiera se le dé cabida en los medios de comunicación
a estos temas, salvo en contados programas dedicados al “misterio”, porque así,
acotándolo en ese cajón del “misterio”, queda como una cosa secundaria que no
tiene por qué influir en nuestras aborregadas vidas.
Hay
fenómenos como la visión remota, la percepción extrasensorial, la telepatía, la
precognición, la telequinesis, etc. que existen y están sobradamente
demostrados; pero también estos fenómenos se meten en el cajón del “misterio”
para dejarlos como asuntos menores.
La
sociedad (los poderes que gobiernan a los ciudadanos) nos obligan a adoptar la
postura del avestruz: esconder la cabeza e ignorar todo aquello que puede poner
en jaque a nuestras creencias (es decir, a las creencias que nos han sido
impuestas).
Vicente
Fisac es periodista y escritor. Todos sus libros están disponibles en Amazon: https://www.amazon.com/author/fisac
Si
has leído esto, no ha sido por casualidad…
“No
son coincidencias”: https://amzn.to/2OCmSsO
"Normalmente
nos consideramos a nosotros mismos como el centro del universo y pensamos que
los demás deben pensar y actuar tal como lo hacemos nosotros. Y no es así; cada
uno es único y diferente… y cada uno debe seguir su propio camino".