domingo, 3 de julio de 2016

Opiniones, no dogmas de fe

El ser humano tiene opinión sobre todas las cosas, unas opiniones basadas más en los sentimientos que en la razón o el conocimiento. Aún así, considera que sus opiniones son las verdaderas, incluso cuando constata a lo largo de su vida que ahora piensa distinto en algunas cosas a como lo hacía años atrás.

Pero esas opiniones suyas, además de considerarlas dogmas de fe, pretende imponerlas a los demás (cada uno tiene siempre la razón y todos los demás están equivocados) y, por supuesto, rechaza airadamente a quienes le plantean opiniones diferentes.

¡Qué ideal sería el mundo si todos fuésemos capaces de escuchar las opiniones de los demás, valorarlas, razonar y exponer después las nuestras sin pretender imponerlas! Del intercambio respetuoso de opiniones surge siempre el aprendizaje, y el aprendizaje nos hace mejores.

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