martes, 5 de abril de 2016

Una cuestión de acento

Cuando los Departamentos de Comunicación eran importantes en los grandes laboratorios farmacéuticos, generándose una corriente continua de comunicación con la sociedad en una política de transparencia informativa, dichos departamentos trasladaban a los ciudadanos en un lenguaje común qué eran y hacían estas compañías.

Una de las labores de estos departamentos de Comunicación era, a veces, hacer fácilmente pronunciable el nombre del laboratorio. Compañías como “Pfizer” (peficer), GlaxoSmithKline (glaxosmicline), Merck Sharp and Dohme (mersarandome), etc., lo ponían realmente difícil. En otras, como el ejemplo que me tocó vivir en Zéneca, primero, y AstraZéneca, después, también entrañó una dificultad, y es que esto era una cuestión de acento.

El nombre registrado de la compañía era “Zeneca” y “AstraZeneca”, pero si estos nombres los leemos en español, los leeremos así: “Zenéca” y “AstraZenéca”, es decir, con una acentuación diferente a como deben pronunciarse. Por consiguiente trasladé esta consideración al departamento de Corporate Affairs de la central en Londres de dicha compañía y acordamos que, si bien la imagen de marca no debía tocarse, sin embargo cuando el nombre de la compañía se escribiese en español (formando parte de una carta, un folleto, una nota de prensa, un artículo, etc.) debería acentuarse en la primera sílaba para que al ser visible dicho acento la gente lo pronunciase bien. De esta forma, el nombre de la compañía pasó a escribirse “Zéneca” y “AstraZéneca”.

Pero años más tarde, al caer en picado la importancia de los departamentos de Comunicación, el pensar en el ciudadano, el lector, etc, pasó a un segundo lugar, ocupando toda su atención el producto. En consecuencia, aquello se olvidó y nunca más volvió a ponerse el acento. Hoy día, pues, la gente pronuncia mal el nombre de estas y otras muchas compañías, porque sus directivos sólo tienen ojos para sí mismos no para sus verdaderos destinatarios: todos nosotros.

No obstante, yo seguiré escribiendo “AstraZéneca” con acento, porque así lo entendió esta compañía cuando la Comunicación era importante.


La historia de AstraZéneca escrita por alguien que estuvo dentro, pero la escribió cuando ya estaba fuera...

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