Editorial correspondiente al número 3 de la revista
“Información al Día” del mes de diciembre de 1999:
RAPIDEZ: CLAVE DEL ÉXITO
Un reciente estudio ha puesto de manifiesto que las grandes
compañías farmacéuticas son el doble de rápidas que la media del sector, al
sacar adelante sus proyectos de investigación y desarrollo (I+D) de nuevos
fármacos. Ahora bien, ¿son más rápidas por ser líderes o, precisamente el ser
más rápidas les ayuda a conseguir el liderazgo?
Si el coste medio de la I+D para un nuevo producto supone
más de 80.000 millones de pesetas y más de 10 años de trabajo, podemos entender
la importancia que adquiere acortar en unos meses o años el lanzamiento de cada
fármaco. Pero además, nadie puede garantizar el éxito de un producto, que
depende de muchos y variados factores. Como señala Tom McKillop, Director
Ejecutivo de AstraZéneca, “es una enorme inversión con una probabilidad entre diez de que el producto sea finalmente
un éxito”.
“El sistema de patentes se introdujo para incentivar la
investigación, ofreciendo a cambio 20 años de protección. En el caso de los
productos farmacéuticos, debido a que lleva tanto tiempo el desarrollo, sólo se
dispone de la mitad de ese plazo para recuperar lo invertido”, añade McKillop.
En efecto, una vez que se cumple ese periodo, la competencia puede comenzar a
comercializar ese mismo producto a un precio menor, al no tener que recuperar
el dinero invertido en investigación.
De esta forma se entiende que la rapidez en el desarrollo de
un nuevo producto sea un aspecto crucial del éxito en la industria
farmacéutica. Acortar ese proceso significa poder alcanzar una mayor cuota de
mercado y un mayor periodo de protección de la patente. AstraZéneca, que ya ha
dado muestras de su capacidad de reacción al protagonizar la fusión más rápida
de la historia (80 días hábiles) ha sido capaz también de reducir a menos de siete años el tiempo necesario para lanzar un nuevo producto al mercado, acortando
así el tiempo que deben esperar sus principales beneficiarios: los pacientes.
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