sábado, 12 de marzo de 2016

Ya soy de la familia

No sabéis cuánto lamento no haber conservado la página de aquél periódico de Galicia al que me voy a referir. Aquél error del periodista fue uno de los que más me hizo reír. La historia fue así:

Trabajaba como responsable de Comunicación en el laboratorio AstraZéneca, cuyo presidente era Carlos Trías, al que siempre he profesado una inquebrantable admiración, afecto y fidelidad; y trabajaba también en la compañía, como director comercial, su hermano Enrique Trías. En una ocasión se organizó un acto científico en Galicia y, como era costumbre, yo le saqué partido mediático, convocando a los medios de comunicación. Como todos los medios que acudieron eran de prensa general, les interesaban más los aspectos empresariales de la compañía (que tenía una fábrica en Galicia) que los puramente científicos de aquél acto, así que atendí personalmente a los periodistas facilitándoles toda la información sobre lo que se hacía en la fábrica, los próximos proyectos, etc.

Al día siguiente compré todos los periódicos para ver lo que habían publicado y, en efecto, en todos los periódicos salían fotos y textos relativos a dicha presentación, pero hubo un periódico (no recuerdo ahora cuál era) que llamó mi atención. Daba la noticia ocupando una página entera y en ella incluía una foto mía. Hasta ahí, nada anormal, puesto que ese medio me había entrevistado, y en cuanto al texto de la amplia noticia, nada anormal, sino todo lo contrario puesto que hablaba muy bien de la empresa. ¿Qué llamó mi atención entonces? Ni más ni menos que el titular recogiendo una de las frases que le había dicho. Pero lo sorprendente no era la frase (correcta, por otra parte) sino mi nombre: ¡me lo había cambiado! Según aquél periodista (se le cruzaron los cables) yo me llamaba “Vicente Trias”.

Recuerdo que en el vuelo de regreso, me acerqué a los dos hermanos Trías mostrándoles el periódico y les dije: “Ya soy de la familia”. Y las risas de todos aún siguen resonando en mi memoria.

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