sábado, 24 de octubre de 2015

La chispa de la vida

En este escrito no voy a hablar de ese popular eslogan de Coca Cola porque la “chispa” a la que me refiero es la que encendió en mi –y tal vez en algunos de vosotros- ese interés por lo místico, por lo trascendente. Esa es la chispa que nos hace ver que existe una manera mejor de vivir, más plena, y que esta no se encuentra en el plano terrenal sino en el espiritual. Pero... no es fácil. Por eso quiero recordar algunas frases que pueden expresarlo mejor que yo:

Puede que os sea difícil determinar cuándo fue encendida esa chispa en vuestro interior, quizás incluso en una vida anterior. Así se explicaría, por ejemplo, cómo desde la infancia sentíais un interés especial por los misterios de la vida. Pero no importa cuando se haya encendido esa chispa como tampoco importa que durante muchos años la hayamos tenido aparentemente apagada. En cualquier momento esa chispa puede reavivarse y encender nuestra luz interior. Puede ser en los últimos años de nuestra vida e incluso en una encarnación posterior; porque una vez que Dios puso en nuestros corazones esa chispa nada ni nadie podrá nunca apagarla.

Mira a tu interior y si divisas el leve y tembloroso resplandor de esa luz, ábrele tu corazón de par en par, dejándola que alumbre todo tu ser y lleve también su luz a los demás.

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