viernes, 30 de octubre de 2015

Crear a imagen de Dios

Hay una gran diferencia entre Fe y Confianza. La Fe es pura esperanza, le falta poder, no nos convence sino que impone una afirmación ciega y nos coloca como seres pasivos. Por el contrario la Confianza nace del conocimiento y de la experiencia y, por lo tanto, del convencimiento. Por ello la verdadera confianza es algo que debe adquirirse.

Para adquirirla debe utilizarse una herramienta, la fuerza más potente del universo: el amor. Y para usar esa herramienta es preciso tener una mente abierta, tolerante, solidaria y generosa.

Cuando se dice que “Dios creó al hombre a su imagen y semejanza” quiere decir que su esencia se derramó dentro de todos nosotros, de ahí que nosotros seamos parte de Dios. Y siendo así, esto significa que también nosotros tenemos, en una pequeña parte, el poder de crear con la mente.

Cuando queramos usar ese poder sólo tenemos que fijar en la mente la idea clara de lo que queremos y decir con total confianza: “Si a Dios le parece bien, está hecho”.  Nótese que no pedimos, simplemente afirmamos que “está hecho” porque entendemos que es bueno y justo lo que deseamos crear. Después, sencillamente, volvemos a nuestros quehaceres habituales y nos olvidamos del tema. Aquello que haya de ser, será.

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