sábado, 2 de mayo de 2015

Los ejemplos, buenos y malos

La vida es un continuo muestrario de ejemplos, buenos y malos; por esto nunca debemos tomar uno solo y generalizarlo. Porque haya uno bueno no quiere decir que todos sean buenos, y por la misma razón, porque haya uno malo no debemos considerar que todos son malos.

Sin darme cuenta, cuanto estaba escribiendo la novela "Castidad y rock and roll" 
https://amzn.to/3PyfLOH uno de sus protagonistas principales hablaba de esta manera:

“Era un placer hablar con él porque tenía opinión propia sobre todo, y lo que más me gustaba era que no se mostraba dogmático, no trataba nunca de imponer sus puntos de vista a los demás.
-                     ¿Y qué es para ti el apostolado, entonces? –le pregunté- ¿No es una misión de la iglesia llevar su doctrina a los demás y tratar de que abracen la fe católica?
-                     En mi opinión, sí; pero eso es algo que debe hacerse con el ejemplo, no con la imposición. La gente imita, le gusta tener ídolos, le gusta tener líderes, y les siguen y copian. Eso es lo que debe hacerse ‘predicar con el ejemplo’.
-                     ¡Toma ya! ¿No vas en contra de la iglesia con esto que estás diciendo?
-                     Sí que es cierto que la iglesia no da muy buen ejemplo muchas veces. Y tú de esto –puesto que eres un comunicador- deberías saber mucho más que yo. Si hay que poner algún suspenso a la iglesia es en comunicación. Pero el que suspenda una asignatura no significa que deba repetir el curso. ¿Me entiendes? Hace mucho bien y ese bien no debe ocultarse y desprestigiarse por algo, poco, que haga mal. Y sólo estoy dando mi opinión, no pretendo decir que las cosas sean así, sólo es así como me parecen que son”.

PD 1.- Como colofón a este comentario podría decir que el buen ejemplo es el que da el Papa Francisco (sencillez, humildad, amabilidad, solidaridad, generosidad, tolerancia...) y el mal ejemplo es el que da el cardenal Rouco Varela (soberbia, egoísmo, insolidaridad, avaricia...) Tomemos, pues, el buen ejemplo para contribuir a su difusión y mimetismo y señalemos con la señal de advertencia el mal ejemplo para que otros no caigan en él.
PD 2.- En la imagen, iglesia rural en donde el protagonista de esta novela se convirtió también en protagonista.

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