martes, 28 de abril de 2015

Virtudes ignoradas: Ser un inmaduro

Otra de las virtudes ignoradas pero más entrañables que existen es la de “Ser inmaduro”. Si nos fijamos, en vez de ser tratada como una virtud la gente se refiere a ella en plano despectivo: “¡A ver si maduras de una vez!” “¡Qué inmaduro eres!”. Y yo me pregunto: ¿Es que ser maduro es una virtud y ser inmaduro no lo es? Todo lo contrario.

Cuando un árbol nace su tronco es flexible, suave, de colores brillantes y atractivos; pero ¿qué pasa cuando se hace maduro?: se vuelve rígido, áspero, de colores apagados. Como podemos comprender fácilmente es mucho más atractiva la primera situación.

Y en el ser humano sucede igual: los niños pequeños son espontáneos, inocentes, inspiradores de ternura... mientras que los adultos, los maduros no lo son tanto... no hay más que fijarse en cualquiera de los políticos que mangonean España y los demás países.

Pero aún hay más: Jesucristo dijo que para entrar al reino de los cielos hay que ser como un niño y afirmó aquello tan conocido de “dejad que los niños se acerquen a mí”. Pues ya lo sabes, una de las mejores virtudes que puede adornar al ser humano es la de ser inmaduro, eternamente inmaduro.


No hay que tomarse la vida tan en serio, y el deporte tampoco:

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2 comentarios:

lashistoriasdelbuho dijo...

Tienes razón, la persona, a lo largo de la vida está madurando, luego es un inmaduro. Hay personas que ya no pueden madurar más porque han llegado al límite de su capacidad, entonces se encuentran a un paso de "podrido" y están a punto de caer del arbol.las

Vicente Fisac dijo...

Tienes razón, es mejor ser un inmaduro que estar podrío.