lunes, 28 de abril de 2014

Hoy no he soñado contigo

Hoy no he soñado contigo.
Perdóname, pero no debió ser así.
Y lo siento más que tú, pues ha sido una noche en la que mi espíritu ha muerto: no estabas para hacerlo renacer.
Oscuridad, silencio, vacío que ahogaba mis incipientes deseos. Dormido, todo estaba dormido.
No sé si lograrás comprenderme; siempre me fue difícil amoldarme a tu cuerpo aunque tu espíritu latiese en mis entrañas.
Sí, tal vez porque me has mantenido distante, te he deseado todos los días y te he olvidado por las noches.
En el fondo me alegro, has permanecido intacta a todos mis pensamientos. 
No han existido las obras, todo ha sido distancia.
¿Dónde estabas cuando mi cuerpo te llamaba? No, será que mi cuerpo nunca te ha buscado, sólo lo ha hecho mi alma.
Y mi alma ha sido impotente al no tener hechos tangibles en que apoyarse.
No te lo reprocho, al contrario, me alegro. Pero se va acercando el tiempo y mis manos no te han visto renacer.
Atrás queda un encuentro lejano, perdido en la nostalgia de un día triste.
¿Qué hemos hecho en este tiempo?
Nada sé; es la ausencia.
Necesito protección, necesito amparo.

No hay comentarios: